Kungsleden en BTT

Kungsleden en BTT

Kungsleden en BTT 1200 901 David Casalprim

Hace años que le tenia echado el ojo al Kungsleden. Como de costumbre, de vez en cuando voy repasando las ideas de aventura que me rondan constantemente por la cabeza.

La idea original era hacerla en Fat Bike en invierno, pero buscando información se me pasó por la cabeza que quizás se podría recorrer en bici en verano.

Al indagar en esa dirección descubrí que algunas personas ya lo habían hecho, pero no muchas, así que la idea de haber descubierto un tesoro escondido fue demasiado tentadora.

Punto de inicio del Kungsleden en Abisko

Cargados con 25 kg con todo lo necesario para los siguientes 5 días, no está mal…

El lujo de los primeros quilómetros del Kunsleden.

Un camino real

El Kungsleden, o Camino del Rey, es un recorrido de 440 km que transcurre por el norte de Suecia, desde Abisko hasta Hemavan.

Normalmente se hace caminando en verano y con esquís en invierno. Es una ruta perfectamente señalizada y podemos encontrar refugios completamente equipados y guardados. Hay tramos donde estos refugios los podemos encontrar cada 15 km y en otros tramos uno se puede tirar 100 km sin encontrar nada.

Uno de los atractivos que tiene esta ruta son los lagos que hay que cruzar. En verano podemos encontrar barquitas de remo que están previstas para que la gente las use de manera gratuita.

En ocasiones también hay barcas a motor para los tramos de agua más largos, pero estas ya son de pago.

Durante toda la ruta podemos encontrar las típicas pasarelas de madera para para salvar humedales y algún que otro tramo de piedras

Las pasarelas de madera no siempre son las aliadas para circular sobre ellas con ruedas de bici…

La poca información y los videos que encontramos sobre la gente que había hecho el Kungsleden en bici sonaron como cantos de sirena en mi cabeza.

Desde el principio tenia pensado en ir solo, pero algo así tenia que compartirse. El reclutaje de los incondicionales fue fácil. No tuve que emular a Shackelton con su mítico anuncio en el periódico:” Se buscan hombres para viaje peligroso.  Salario bajo, frío penetrante, largos meses en la más completa oscuridad, peligro constante, y escasas posibilidades de regresar con vida. Honor y reconocimiento en caso de éxito.”

En esta aventura los convocados no se enfrentan al frio permanente, sino a la ola de calor y los días de permanente luminosidad por el sol de media noche, pero no faltaron los nubarrones de mosquitos.

El punto más alto de la ruta 1.236 m, a mediados de julio sigue nevado…

Un viaje complejo

Se precisan tres aviones, un autobús, dos dosis de Pfizer y un PCR. Pero finalmente, llegamos a Abisko para empezar a pedalear.

Los 15 primeros quilómetros los rodamos como niños pequeños rodeados de un paisaje espectacular entre bosques, ríos y puentes de pasarela.

En el kilómetro 16, empezamos a ver que no todo iba a ser un regalo. Al llegar al 20 entendimos por qué pocas personas hacían la ruta en bici.

En el 25 me quería morir por haber engañado a tres colegas para ir al supuesto “Paraiso escondido” del Bikepacking….

Uno de los cientos de puentes que encontramos durante la ruta.

La inmensidad de los paisajes del norte de Suecia.

No apta para bicis acomplejadas

La ruta es sin duda poco ciclable. Todos coincidimos que nos pareció un 50% ciclable y un 50% de empujar la bici.

Sin embargo, no llegamos a ponernos de acuerdo si ese 50% es sobre los quilómetros recorridos, la mitad a pie y la otra mitad en bici, o si es la mitad del tiempo en bici y la otra mitad en empujando la bici.

Es evidente que con una hora en bici recorres más que con una hora empujando la bici.

Luchando contra las piedas, una constante durante la ruta.

Parece absurdo montar el campamento en un lugar donde no se hace de noche. En estas latitudes en verano se «goza» del sol de media noche…

Hay tramos que son un regalo para rodar en bici por la belleza del entorno y la facilidad del camino

En otros momentos uno decide poner el pie en el suelo harto de ir rebotando de piedra en piedra y luchar contra cada una de ellas a cada pedalada.

Vaya, que uno se cansa de avanzar sin perder el equilibrio a cada centímetro por lo costoso que resulta avanzar.

Dependiendo de los ánimos de cada momento uno puede alargar más o menos los tramos ciclables.

Tarde o temprano la realidad te hace aceptar que es más sensato seguir a pie que dejarse el alma en el intento.

Uno de los lagos que hay que cruzar en barca a remos, no muy pensadas para cargar bicis…)

Aquí la autosuficiencia toma otro sentido, con una caña puedes cenar de lujo…!!!

En síntesis, que quede claro que el Kungsleden no es una ruta recomendada para recorrer en bici, a no ser que te vaya la marcha…

Un relato desde la sinceridad

Ya nos hubiera gustado haber leído una crónica así de sincera antes de decidir aventurarnos en el Kungsleden.

También me gustaría contar que tras la épica de la ruta y de mi sentimiento de culpabilidad de haber engañado a mis compañeros de fatigas, una vez terminada esta incursión en el Kungsleden la sensación de consenso fue: ”Que ruta más guapa y que bien nos lo hemos pasado…!”

Hay que decir que es uno de los sitios más guapos para empujar la bici. Pero aunque se empuja la bici por tramos muy rocosos, los desniveles no sin exagerados y el entorno enamora.

A parte del intenso Hike a Bike, en Suecia hemos encontrado unos paisajes increíbles de valles infinitos donde poder acampar donde te apetezca, bañarte en lagos y ríos, acampar donde quieras, pescar la cena y cocinarla a la brasa con un fuego en el suelo, rodeados de una naturaleza imponente e infinita.

Hay pocos lugares en Europa donde todo esto esté permitido, y estas pequeñas cosas le dan un toque genuino a la ruta. Recomiendo muy en serio esta ruta para hacerla a pie o en esquís, aunque sea solo una parte.

Los valles infinitos del norte de Suecia…

Tengo la certeza que el Kungsleden y yo volveremos a vernos las caras más pronto que tarde, lo que no tengo claro es si será con ruedas normales o ruedas de nieve…. 😉