Pedaleando en la isla de Vancouver (Canadá)

Pedaleando en la isla de Vancouver (Canadá)

Pedaleando en la isla de Vancouver (Canadá) 1400 1050 David Casalprim

Adentrarse con una bicicleta pedaleando por la isla de Vancouver (Canadá) es todo un reto. Este es uno de los trayectos que hizo durante el verano de 2022, Gerard Castellà.

Su aventura transcurrió recorriendo tres secciones del extenso territorio de Canadá: el Tree to Sea Loop (en la Isla de Vancouver), el BC Trail (a lo largo del sur de British Columbia) y la mítica Great Divide (de Fernie hasta Jasper, por las Rocosas).

Una travesía de 3.200km a lomos de una Surly Ogre por uno de los rincones más bellos del planeta, pero en este relato nos centraremos en el pedaleo por la isla de Vancouver

De osos y pumas, con buenas garras

“¡Olvídate de los osos! De lo que realmente tienes que preocuparte aquí, en el norte de la Isla de Vancouver, es de los pumas”.

Esta es la advertencia que  sin sacar los ojos del vidrio empañado, lanzó Danie. El es el capitán de la lancha que nos lleva de Tahsis a Zeballos una mañana de lluvia persistente y cielo plomizo.

“Hace una década, mientras mi mujer paseaba nuestro perro, un puma quiso atacarla por la espalda. Por fortuna, el perro se interpuso y la salvó.

Frente a un ataque de puma, hay pocas posibilidades de sobrevivir”, concluye con pasión de telenovela venezolana.

Las palabras de Daniel suenan ahora distantes y se difuminan suavemente tras el bofetón de realismo que experimentamos camino de Twaddle Lake.

La pista, en pleno entorno selvático, está minada de excrementos de oso –la mayoría bien frescos.

El avistamiento

Tras cada curva reproduzco mentalmente un encuentro fatal con una de esas moles que puede alcanzar los 300kg de peso.

Siguiendo los consejos de los locales, vamos silbando y metiendo gritos para no coger desprevenido a ningún oso.

Cruzamos los dedos para que la campanilla montada en el manillar, junto al spray de pimienta, haga su función.

Venimos con los deberes hechos y sabemos cómo actuar frente a un hipotético cara a cara –hablarle con calma, levantar los brazos para parecer más grande, nunca darle la espalda–, aunque en la práctica es otra historia.

Más todavía cuando esta isla alberga una de las poblaciones de osos negros más importantes del mundo.

Después de siete horas y 120km, llegamos al cruce que desciende al bucólico Twaddle Lake.

Un barrizal nos conduce a uno de los rincones más bonitos donde jamás he acampado, con un lago turquesa de agua glacial capaz de acallar una musculatura aburguesada y transformar en carcajadas los momentos tensos de la jornada.

Antes de ir a dormir, cual ritual, tocará colgar la comida de un árbol en una bolsa estanca.

Los osos tienen un olfato hasta siete veces más agudo que un perro, y pueden oler a kilómetros de distancia restos de comida, el jabón, etc..

Así que no queremos correr ningún riesgo innecesario. Eso sí, cada noche utilizaré tapones para los oídos.

Una ruta circular

Estamos recorriendo el Tree to Sea Loop, un itinerario circular de unos 1.000km alrededor de las áreas menos conocidas de la Isla de Vancouver, en British Columbia.

Una ruta de naturaleza generosa y bosques de cedros descomunales, de fauna salvaje, de pueblos de pescadores anclados en el pasado y acampadas de postal,

Un paisaje con un impresionante entramado de pistas de grava que las empresas de tala de árboles se han encargado de abrir y mantener.

Son las mismas pistas que llenan de oro los bolsillos de Canadá y vacían los pulmones del territorio.

La Surly Ogre con todo el equipamiento que llevó durante la aventura en la isla de Vancouver y el resto de trayectos en Canadá.

Si deseas saber más sobre los viajes cicloturistas de Gerard Castellà, puedes consultar su blog (www.acopdepedal.wordpress.com) o también los canales de Instagram @gerard.castella y el hashtag #acopdepedal.