El otoño es una de las temporadas más espectaculares para el cicloturismo en la naturaleza. Una oportunidad también para saborear los beneficios de nuestros bosques
Una de las ventajas del cicloturismo es que permite adentrarse en paisajes naturales sin molestar a la fauna silvestre.
La otra es que gracias a esta máquina verde podemos recorrer más territorio que simplemente andando y con mayor eficiencia energética.
La evolución tecnológica de la bicicleta permite montar componentes ergonómicos y eficientes que facilitan el viaje emocional que acompaña siempre al pedaleo.
Espaibici está comprometida en aportar las mejores soluciones para que el cicloturista disfrute con el padeleo y goce de la experiencia del paisaje que visita.
Las bicicletas personalizables de la marca propia FETAMA o los montajes sobre los cuadros de Surly, permiten un cicloturismo seguro y de calidad.
Una de las mejores épocas para las salidas cicloturísticas es precisamente el otoño, y hay empresas de ecoturismo que ofrecen algunas propuestas guiadas interesantes.
En otoño, no hay ni demasiado frío ni calor, y esta época nos regala el cromatismo multicolor que ofrecen algunos de los paisajes de montaña.
Pedaleo entre hojarasca
Adentrarse en el bosque submediterráneo, compuesto de comunidades arbóreas de hoja caduca es una vivencia recomendable.
Hay bosques míticos en los que el cromatismo arbóreo en otoño ha cautivado a artistas y naturalistas.
En España, hayedos como el de Irati en el País Vasco, o en Olot (Catalunya), nos ofrecen paisajes emblemáticos en los que cada pedalada es un gozo.
Pero hay otros tipos de bosques que en otoño destacan por el color de las hojas, como las choperas o los singulares bosques de abedul que se tiñen de amarillo oro.
En Sória, el monte Avieco alberga un espeso bosque de álamos temblones que crecen junto a los arroyos y en Molinos de Razón encontramos árboles de gran tamano de esta especie como en ningún otro rincón de la península.
En la afamada comarca natural Riojalteña nos encontramos bosques mixtos en los parajes de Requita Larga y Barranco del Cinto-Alto Oja de Ezcaray, con predominio de hayas, fresnos, cerezos, serbales y mostajos. Todos ellos árboles que realzan el cromatismo de los bosques otoñales de aquellas montañas.
El valor paisajístico de los bosques y arboledas mixtas naturales en otoño nos permite disfrutar de algunas de las mejores estampas pictóricas que sutilmente nos ofrece la naturaleza.
No obstante, toparse con el esplendor del “pico del otoño” no es tarea fácil.
Cada año, los árboles van desnudándose poco a poco, siguiendo una cadencia temporal sin fórmulas numéricas preestablecidas. Esto hace que no sea fácil coincidir con el momento álgido cromático.
Pero, el paseo en bicicleta entre la hojarasca multicolor de un bosque en pleno orgasmo pictórico otoñal no deja indiferente.
Beneficios saludables
Saborear una sinfonía de colores y olores es bueno no sólo para la salud física sino también psicológica.
Dicen los expertos que adentrarse unas dos horas en un bosque reduce la hormona del estrés, el cortisol, que se asocia a patologías físicas y patologías psicológicas (estrés, ansiedad, depresión, insomnio…).
Muchos de estos beneficios son originados por unos aceites naturales, llamados fitoncidas que desprenden los árboles.
Son compuestos orgánicos aromáticos y volátiles (los terpenos), con múltiples propiedades curativas.
Cuando pedaleamos a ritmo pausado, disfrutando del paisaje natural, adecuamos nuestro ritmo respiratorio al de la naturaleza que nos rodea. Y esto ayuda a renovar nuestras defensas naturales.
Aprovecha pues los beneficios del otoño. Sal a pedalear, disfruta de la naturaleza, y goza de la sinfonía de colores y olores que nos ofrece la rica climatología de nuestro país.